miércoles, 22 de julio de 2009

ANTHRAX 2009: BE ALL, END ALL


Alucinante. Lo de los neoyorquinos no tiene nombre: primero, meten la pata de lleno despidiendo al mejor cantante que haya pasado jamás por sus filas (John Bush) al intentar alcanzar la gloria comercial de épocas pasadas junto al clásico Joey Belladonna; después, el Indio con bermudas les deja tirados y han de buscarse un nuevo cantante; y ahora, tras un montón de años intentando reformarse, consiguen un voceras nuevo (Dan Nelson, de Devilsize), graban las pistas de un nuevo disco, "Worship Music", y giran por todo el mundo... para descolgarse de repente con un nuevo parón en su carrera que ha puesto punto final a un tour que les estaba beneficiando bastante, quedando -de nuevo- como unos auténticos mezquinos.
¿La razón? Desprenderse por la puerta de atrás de su recién adquirido vocalista, alegando que éste sufría graves problemas de salud que han obligado a la formación a desmantelar su anunciado renacimiento artístico. El propio Nelson hay desmentido los hechos, sosteniendo que de enfermo, nada de nada, que su despido le ha pillado tan de imprevisto como a los fans del combo y que -casi literalmente- le han pasado el finiquito vía fax. Para rizar el rizo, Benante y sus secuaces han decidido retrasar la edición de su nuevo plástico: en principio, "Worship Music" iba a ver la luz a mediados de Octubre, pero parece ser que ahora van a borrar todas las pistas grabadas por Nelson y echarán mano de un nuevo mercenario para llenar el hueco.
Curiosamente, Anthrax no cancelarán su cita en el Sonisphere de Knebworth el próximo 1 de agosto, en el que -¡sorpresa!- les echará una mano, al parecer de manera excepcional, el bueno de John Bush. Por supuesto, algo así alberga cierta esperanza, pero... las maneras son las maneras. Por mucho que prefiramos a Bush o a Belladonna, el "asunto Nelson" ha vuelto a demostrar que la diplomacia y el buen tacto son conceptos que se les escapan a los autores de "Among the Living". Si alguien cree que Anthrax están gafados, debería pensarlo dos veces. No es una cuestión de mala fortuna, sino de codicia: por mucho que les queramos, Anthrax son su propia maldición. Deberían acabar con ella antes de que lo suyo pase de ser un rollo Spinal Tap para convertirse en una broma sin gracia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Triste pero cierto, anthrax es de mis bandas favoritas pero benante e ian no son precisamente gente derecha solo piensan en su bolsillo y ahora pretender traer de regreso a bush, definitivamente entran en la categoria de ulrich de los que se olvidaron de la musica para pensar en el billete.