martes, 3 de marzo de 2009

"EL LUCHADOR"


De un realismo tan documental como emocionante, “El Luchador” supone el techo creativo de un Darren Aronofsky que abandona piruetas pasadas para centrarse en un drama de tintes clásicos y fondo universal; una crudísima obra maestra que ahonda en un convencional –y previsible- cuento de perdedores sin caer en la sensiblería ni en la redundancia. Al contrario. Situando la acción en un mundo, el del wrestling, tan fingido y coreografiado como extremo y agotador (física y emocionalmente), “El Luchador” desgarra sobre el espectador una intensa parábola sobre la soledad y el desamor: incluso cuando las hostias son de pega, éstas duelen de verdad. Rourke borda el papel de su vida aportado rasgos hagiográficos a un personaje (maravilloso e inolvidable Randy ‘The Ram’ Robinson) que se mueve entre el cliché y el patetismo, coronándose como absoluto triunfador en su propio fracaso y conformando el vértice de un triángulo de desencuentros y conflictos –magníficas también Marisa Tomei y Evan Rachel Wood- del que nadie, por supuesto, puede salir bien parado. El dolor (auto inflingido o no) acaba por resultar el recordatorio más auténtico de nuestra propia vida: sufrimos, luego existimos. Y ya sea en lo alto de un ring como en cualquier otro escenario, no debemos dejar de luchar hasta el final, hasta que la siguiente derrota nos sepa a victoria pírrica. Brutalmente conmovedora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Definitivamente la película del año.