lunes, 23 de febrero de 2009

REFLEXIÓN SOBRE LOS OSCARS


Voy a ser breve y creo que contundente. Nunca me he dejado guiar por el reparto de estatuillas doradas, aunque alguna vez se premian cintas de nivel la tónica general es premiar la mediocridad y al cine flácido. Pero lo de este año clama al cielo, especialmente por dos razones.
Primero; admiro a Sean Penn, me parece un meritorio interprete y aún no he tenido la oprtunidad de ver su caracterización del adalid de los derechos de los homosexuales Harvey Milk, pero este año la estatuilla tenía que ser para Mickey Rourke. Lo hecho en "The Wrestler" es inconmensurable y tras superar años y años de decadencia vuelve a demostrar que es el mejor actor de su generación, el galardón tendría que estar en sus manos. Por supuesto recomiendo su película, una descarnada vista a las cloacas emocionales.
Segundo; lo de Penélope Cruz no tiene nombre. Esta tipa es una de las peores actrices que he podido ver y su interpretación (su típico rol de ordinaria) en la lamentable "Vicky, Cristina, Barcelona" es como una olla a presión vacía, explota por falta de sustancia. No entiendo este galardón, me da la impresión que está mediocre se ha acostado con toda la academia de cine para conseguir este premio. Es la única explicación que le veo, ya que hasta hace poco la prensa especializada norteamericana la consideraba la actriz con menos expresividad de la historia. Eso sí, el españolito medio medio se llenará la boca con su Penélope. En definitiva, muy triste
Por cierto, no tengo nada en contra de Woody Allen, la mayoría de su filmografía me gusta pero con la aventura barcelonesa ha conseguido rodar uno de los bodrios más grandes de la historia del séptimo arte.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

No podría estar más de acuerdo contigo. Después de otorgar un premio tan célebre a una actriz de pacotilla, puedo decir que para mí los Oscars han perdido toda su credibilidad.

Mr.AD dijo...

Tiene vd. más razón que un santo...
Los Oscars (tm) llevan un montón de años siendo una pantomima, palmaditas de la industria a la industria. Estaba casi cantado que al pobre Rourke no se lo iban a dar: primero, porque jamás se premia a alguien recién resucitado; segundo, porque no iban a hacer feliz a un menda que ha rajado de la industria hollywoodiense hasta el punto de abandonarla y dedicarse a algo 'real' como el boxeo-; y tercero, porque el lobby gay está ahí, Sean Penn haciendo de Milk no lo hace nada mal y era politiquísimamente más correcto dárselo a él que no a Nixon o a The Ram.
Estoy seguro de que a Rourke le ha jodido más que haya muerto su chihuahua Lucky que no le hayan concedido el puto Oscar, pero como guiño obligado a ese actorazo hubiera sido lo justo. Da rabia, vaya.
Y respecto a lo de Pe, mejor me abstengo de dar mi opinión...

Anónimo dijo...

Gracias por tus palabras cacerín, veo que aún queda personal con algo de criterio en este país