jueves, 24 de marzo de 2011

THE STALIN: KAMIKAZES PUNK


El homenaje soulmoveriano a tierras niponas continúa; y habiendo tocado palos rockeros y metálicos, ahora es el turno de bajar a las cloacas. De darle a los tres acordes con rapidez y mala leche.
La eclosión de la escena punk japonesa, al rebufo de pioneros británicos y estadounidenses que todos conocemos, nos trajo un buen puñado de bandas que, aún desconocidas para la mayoría del público occidental, cuentan con trabajos de lo más recomendables. Si os apetece profundizar en el tema, no pérdais la oportunidad de escuchar a gente como GISM, los delirantemente geniales Aburadako, Gauze y, especialmente, los siempre reivindicables The Stalin.
Con un nombre como el suyo, estaba claro que estos pollos (considerados por muchos como Los Sex Pistols nipones) buscaban llamar la atención. Afortunadamente, su propuesta iba más allá de la provocación barata y en su corta existencia -apenas cinco años de carrera, aunque luego fueran 'resucitados' por su líder, Michiro Endo-, los Stalin nos dejaron un puñado de canciones que, tres décadas después, siguen quitando el hipo. Desde sus inicios ramonianos (el EP Stalinish) a su más explotada vertiente hardcore (imprescindibles Trash, Stop Jap y el histérico Mushi) o su canto del cisne más allá de límites y etiquetas (el controvertido, aún formidable, Fish Inn), la corta trayectoria del combo refuerza todavía más la frescura y la urgencia de su música, de fuerte ideología izquierdista, actitud kamikaze y certero mensaje.
Endo llamaba a sus textos 'tankus' (híbrido imposible entre haikus y tanques), poemas hirientes dirigidos a la sociedad fascista y sus adormecidas mascotas. Y aunque temas como «Dendo Kokeshi», «Warushawa no Genso», «Ing'O» o la imprescindible «Romanchisuto» no hirieran de muerte a su enemigo, treinta años más tarde continúan luciendo bonitas cicatrices.

1 comentario:

Carlos Tizón dijo...

siempre he sentido un malsano morbo por el rock japo,y aunque tengo bastante musica de aquellos lares, a estos no los conocia, pero me los apunto

saludos