sábado, 29 de enero de 2011

EL DÍA QUE MURIÓ EL BLUES


Tal día como hoy, hace diecinueve años, falleció el blues, o lo que es lo mismo; Willie Dixon. Al menos así le gustaba denominarse a si mismo, con la famosa sentencia "Yo soy el blues", lejos de falsas humildadades. Su fugura como músico no alcanzó la repercusión de un Muddy Waters o un Howlin' Wolf, pero no se puede entender el desarrollo y posterior auge del género, especialmente del blues de Chicago, sin su figura. El siempre prefirió mantenerse en un segundo plano, pero infatigable a la hora de propagar las virtudes del blues. Compositor de ingentes cantidades de tonadas, celéberrimas muchas de ellas como «You Shook Me» o «I Just Wanna Make Love To You». Su labor en Chess Records es impagable, ya sea como cazatalentos, contrabajista en infinidad de grabaciones de artistas de la discográfica de Chicago, o como productor de muchas de las inmortales canciones que salieron de ese estudio. Tampoco debemos olvidar su faceta como intérprete, a la sombra de otros colosos pero imprescindible como ejercicios de pureza bluesera.
Así que hoy se antoja como el día perfecto para rescatar de las estanterias cualquier viejo álbum de la discográfica de los hermanos Chess y rememorar la figura de este gigante (en todos los aspectos) del género negro por excelencia.

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